viernes, 30 de abril de 2010

¿QUE PASA CON EL FASCISMO?

Siempre han de ser los más ignorantes de determinados temas quienes los utilizan para acusar, injuriar o tildar en tono peyorativo a todo cuanto respire, se mueva o exista contrariando sus fobias o secretas soberbias. Una vez más, le tocan al fascismo los negros demonios de la calumnia, el tópico respectivo y el velo intencionado de la ignorancia. Algo importante y bueno tendrá cuando tanto le denigran. En este artículo pretendemos dar una idea clarificadora del mismo, para documentación de todos los camaradas y simpatizantes. sabemos que la verdad siempre sale avante sobre los hipocritas.

Del italiano «Fascio» y éste del latín «Fasces», haz de varas delgadas pero unidas como emblema de que de la unión nace la fuerza, los antiguos líctores (ministros de justicia), magistrados y senadores le llevaban junto al hacha lictoria como símbolo de autoridad.

Mussolini usó esa insignia en su movimiento político que dio nombre al Fascismo. Este movimiento político y social fue iniciado en Italia, en 1919, cuando Giulino de Mezzegra (maestro de escuela y periodista) reunió en Milán el primer núcleo opositor al social-comunismo de postguerra, aunque su origen venía de 1915 cuando grupos universitarios defendían al imperio y al orden corporativamente vinculados a un jefe.

En las elecciones de 1921, ese movimiento se organizó en partido marchando sobre Roma (1922) y exigiendo al Rey formar un nuevo gobierno. Para obtener el apoyo oficial de la Iglesia, resolvió la secular Cuestión Romana estipulando, con Pío XI, el Tratado de Letrán.

Tras la I Guerra Mundial se inicia en Italia el Fascismo organizado en milicias, y se constituyó en partido con Benito Mussolini, en 1921, hasta 1943. Su doctrina fundamental es la lucha contra los enemigos de la Patria en un lema que le puede resumir: UNIDAD E IMPERIO.

Movimientos con características propias


El Fascismo se creó para combatir al comunismo soviético. Adoptó de éste el concepto de partido único y su orden jerárquico, pero, a diferencia del comunismo, estableció un sistema de clases sociales rompiendo así el mecanicismo materialista y ateo bajo el que el individuo marxista se hallaba despersonalizado en pieza de la maquinaria estatal.

En Italia, los cuerpos colegiados se organizaron en forma corporativa (con representación de capital, trabajo, agricultura, profesiones, clero, etc.). Hacia los trabajadores, el Estado adoptó un sistema paternalista, mejorando sus condiciones, reduciendo el desempleo mediante grandes obras públicas y controlando su tiempo libre con actividades organizadas.

El Fascismo, que proclama ese patriotismo activo, ha encontrado adeptos en muchos países aunque se ha desarrollado con diferente cariz; así, en Alemania evolucionó hacia el Nacionalsocialismo, al salazarismo en Portugal o al Nacionalsindicalismo falangista en nuestra patria. La base ideológica era la misma: exaltación del Estado nacional, partido único, lucha antimarxista, unión de fuerzas defensivas en pro del orden cristiano y el verdadero progreso. Sistema único de sindicato vertical sin lucha de clases ni de partidos políticos, sistema piramidal de jerarquía presididio por un caudillo.

Las crisis económicas y desordenes político-sociales favorecieron, por ello, la venida del fascismo, salvador no sólo por conveniente sino, ante todo, por inaplazable.

La Iglesia estuvo con el Fascismo por su inspiración antimarxista que protegía el orden y el mundo cristiano. El Fascismo combatió a los mafiosos de entonces y puso el crucifijo en las escuelas.

El neofascismo fue su resurgimiento tras su represión después de la II Guerra Mundial. Tiene raíces en el Despotismo Ilustrado de la segunda mitad del siglo XVIII, en que se modernizó la administración y el centralismo se usó para el bien común, aunque para ello no haga falta contar con el ente de razón y deletéreo concepto de «pueblo».

El conocido como Absolutismo histórico ha aportado mucho a la cultura occidental: desarrollo económico-social inviable en el anterior feudalismo. Puso las bases a la administración moderna del Estado, posibilitando el paso de la Edad Media a la Moderna. Ese Despotismo Ilustrado (Carlos III en España, Federico II en Prusia y María Teresa en Austria) consistió en la consciencia de sus deberes para con sus pueblos, y rodeados de valiosos colaboradores realizaron grandes reformas y un alto grado de progreso y prosperidad.

Tras la Revolución Francesa (1789) se abre paso la democracia moderna como reacción al Absolutismo (el mayor promotor y ventajista fue el sionismo que necesitaba romper la barrera del orden cristiano para infiltrarse en los gobiernos y las finanzas). Montesquieu fue quien dividió los tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) y Rousseau fue quien afirmó que el ciudadano no debe ser súbdito sino legislador.

Pero con el desarrollo del capitalismo esas democracias se convierten en liberales o burguesas, de forma que el formalismo democrático corre el peligro de convertirse en encubridor de una dictadura ideológica o represiva por parte de los poseedores del capital.

Los viejos fantasmas

Frente a este concepto de democracia liberal, en 1871 la Comuna de París inaugura otro concepto de ideal democrátic democracias populares o autogobierno del pueblo que socializa los medios de producción. Este es el socialismo que acude a la negación de la propiedad privada y la dictadura del proletariado. Las democracias conservadoras (también llamadas orgánicas) se basan ante todo en la necesidad del orden y conjuran la subversión. Por contra, las revolucionarias buscan el libertinaje bajo capa sagrada de libertad. La teoría marxista es el mejor ejemplo moderno. Ahora los dictadores proletarios intentan llegar al poder mediante los votos (eurocomunismo) respetando externamente otras formaciones políticas.

Las llamadas dictaduras militares tienen un definido sentido de autodefensa de la patria en momentos graves y decisorios. Es cuando surge la figura del caudillo en su sentido estricto.

Por poner un ejemplo foráneo (por menos conocido) Adolfo Hitler fue acogido el 30-1-33 en el Palacio de Deportes de Berlín por una multitud enardecida e incontable que le aclamaba como el nuevo jefe salvador de una nación en bancarrota: el nuevo Bismark. Había entonces unos cuatro millones de parados en Alemania, más la corrupción administrativa.

El Frente Rojo hacía grandes manifestaciones callejeras que acababan en batallas campales con la policía. La lucha de clases, marxista, la división de los alemanes y el paro, pedían a gritos un caudillo, una autoridad que pusiese orden en aquel anarquismo.

Hitler juró ese día que en cuatro años arreglaría todo aquello. Las juventudes hitlerianas fueron creciendo y se notaba la tensa división desafiante entres fascistas y comunistas-anarquistas. Hitler dijo en públic «Los trabajadores quieren un partido y los industriales otro. Los católicos y los protestantes quieren el suyo propio. Los propietarios de casas quieren el suyo y los inquilinos no quieren quedar fuera. Los aristócratas, como son más inteligentes, necesitan al menos tres o cuatro. Habrá 34 partidos. Me he propuesto librar a Alemania de partidos políticos». También ese día prometió abandonar el poder lo mismo que lo había alcanzado. No esperaba recompensas para él sino para Alemania.

Las apoteósicas manifestaciones a su favor eran prueba de una época necesitada de fuerza unitaria (fascista) para combatir el peligro del comunismo que amenazaba a Europa, así como la urgencia de un resurgimiento nacional en lo espiritual y en lo temporal.

No olvidemos que los viejos fantasmas del comunismo y del liberalismo siguen vivos por muy impresentables que éstos sean.

Un número de «El Fascio», el único

Ante mí está el primer númer y único del periódico que se editó con el títul «El Fascio», año 1, «Haz Hispano», nº 1 Madrid, 16 de marzo de 1933, 15 céntimos.
Tiene 16 páginas densas de contenido que casi le convierten en un tratado filosófico-social. Al día siguiente, el Gobierno del Frente Popular republicano le incautó y no pudo seguir publicándose.

Vamos a entresacar algunas afirmaciones y proclamas, como quien echa un «as de oros» contra calumniadores de la historia, manejados e ignorantes maliciosos como aquellos que hicieron llorar al mismo Cristo por la ciudad que rechazaba su mensaje de justicia y paz, o sentir tristeza y dolor a San Pablo por los hermanos de su raza, porque preferían la ignorancia a la luaz. Transcrib

"El Fascio" es el haz de vergas (varas) con el hacha lictoria de que se servía Roma para ir fundando su "Pax Romana", el "orbis romanus", la primera Europa unidad y civilizada de nuestra historia. Todo el mundo sabe instintivamente lo que quiere representar este signo salvador frente a otros disolventes. Frente a la "hoz y el martillo" del comunismo y frente al "triángulo y el compás" de la masonería...

El Fascio, en español, significa "haz", que es una palabra campesina, pues va desde la gavilla de espigas ?desde el pan nuestro de cada día? hasta el haz simbólico de flechas con que nuestros Reyes Católicos hicieron la unidad de España en el Renacimiento. "Haz" significará no sólo el agruparse los genuinos españoles en Juntas de ofensa y defensa, contra los enemigos de España. Significará también el imperativo de más necesita el español: el imperativo del verbo hacer: ¡haz!

¡El Fascismo no es un movimiento de derechas! ¡No os dejéis engañar por los explotadores de siempre! ¡Es la política única para el que quiera proteger a los débiles, a las masas, a las gentes engañadas que se llaman de izquierdas! ¡El Fascismo no quiere "a todos pobres"! ¡Les quiere a todos trabajando por la vida digna y fuerte!...

El marxismo es el reverso de la civilización...

La lucha de clases, la pugna enconada de partidos, son incompatibles con la misión del Estado...


El Fascismo no considera a ningún hombre como el escalón para que otro suba, sino como la pieza de engranaje necesaria en el bienestar colectivo...»

«España deberá combatir por los ideales incitantes: el de su unidad interior, liquidada tras tres siglos de lenta desomposición y el de su expansión en el mundo al servicio de una lata empresa humana, social, universal y necesaria. El signo de su expansión imperiosa puede simbolizarse en el mágino y eterno símbolo de la Cruz sencilla, síntesis de Oriente y Occidente...


El nuevo Estado deberá ser "corporativo". Integrando la Autoridad con la Libertad...

Los fines de este Estado son la "Unidad y el Imperio de España", esos fines serán sagrados, básicos e intangibles , Esta unidad habrá de ser política, religiosa, militar, social y cultural No rechazará a nadie. Todos los españoles cabrán en él, con tal de que sean "españoles", que es aceptar más una serie de deberes que una serie de derechos o privilegios...»

Ante la territorialidad, no permitirá el nuevo Estado fragmentaciones capciosas, autonomías políticas, que mermen la soberanía absoluta...

Ante la religión, propugnará la mayor unificación de conciencias. La Iglesia no deberá mezclarse con el Estado, porque sólo así el Estado podrá garantizar la misión religiosa...

«¡Propietarios!: vuestras propiedades no se salvarán de la barbarie roja si no os ponéis de acuerdo con los que os ayudan a sostenerlas y acrecentarlas, haciéndoles partícipes de vuestro bienestar. Ese acuerdo humano y cristiano es uno de los fundamentos del Estado Fascista y una de las abundantes fuentes de la riqueza nacional...

«Bajo la bandera de la sana moral, recta justicia y administración se cobijará al capital y al trabajo; devolverá la confianza al primero, rescatando al segundo del marxismo, sindicalismo y comunismo y alentará el desarrollo nacional y respetará creencias, personas y propiedades siempre que sea para cooperar por el engrandecimiento de la Patria...»

El Fascismo no es reacción, sino salvación. Todo lo más es la reacción que la vida hace en un cuerpo enfermo para salvarle de la muerte. ¡Es la victoria contra las garras de la tuberculosis socialista!...

Mussolini fue campesino, herrero, albañil, periodista, emigrado, soldado antes que "Duce". La agricultura es una de sus más grandes preocupaciones. "Quien tiene la voluntad de hierro tiene el pan "

Los trabajadores en el Fascismo han ascendido a primera clase social; ha dejado de ser proletario y es patriota y es espiritual y siente ansias nobles de expansión y de gloria...

La verdad es una sola. Quien crea poseerla deberá defenderla con la vida. Son las soluciones enérgicas las que a la larga cuestan menos...

El Fascismo no fue movimiento de "señoritos". A los pocos meses lo encuadraban 700.000 obreros. Fue un movimiento proletario cuajado de gentes de izquierda desengañadas de los métodos hipócritas socialistas...

«En Fascismo, patronos y obreros serán la garantía firme del capital y del trabajo, porque lo es de la tranquilidad social...

No es necesario seguir para dar una estampa más destilada y genuina de este movimiento socio-político que conjuga lo divino con lo humano; lo espiritual con el progreso material y lo ideal con las posibilidades reales.

Si el marxismo es una utopía metafísica (parte de bases inhumanas, ateas y se queda sin Dios y sin el hombre), el liberalismo es una utopía infantil: parte de bases fantasiosas y materialistas (sin negar en teoría ni a Dios ni al hombre) y en su soberbia antropocéntrica se queda sin la realidad del hombre redimido y sin la única teología revelada por Dios: Otra forma de falsear la realidad del hombre y pagar las consecuencias vaciándose de humanismo y de divinidad.

Si el marxismo vive bajo un puente, el liberalismo vive tras una lujosa fachada cuyo interior son las ruinas morales y las infelicidades inconfesables de las eternas contradicciones.

Que los detractores del Fascismo vayan despertando de los cantos de sirena , de sus sandeses y cuentos chinos: nunca se ataron los perros con longaniza.

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